Hola chic@s.
Lamento que esto deba ser escrito acá, y no pueda ser algo que podamos discutir en persona o por llamada, pero analizando los posibles métodos que tenía disponibles, me pareció que la opción más ‘impactante’ era hacerlo de esta manera.

No es mi intención hacer esta carta sobre mí, pero creo que expresarles cómo me siento es importante para que ustedes entiendan que es normal sentirse de esta manera, no solo en mis zapatos pero también en los suyos.

Conozco a varios de ustedes ya por un par de años, todos sabemos cómo ha iniciado todo este proceso ya atrás por el 2022, y cómo se ha ido desarrollando hasta el día de hoy, todo con el objetivo de llegar a este punto. Durante todo este tiempo sabemos que el punto cúspide era el 2025, y no realmente el 2023 o 2024, mucho menos el 2026.
Y sé que ha sido difícil, para algunos más que para otros.
Les hablo desde mi experiencia cuando les digo que sé cómo se siente la presión, el hecho de que gente que no ha hecho tu esfuerzo se dé el lujo de criticarte, gente que no sabe lo difícil que es estar en ese salón de competencia diciendo “Este problema era fácil, y yo lo hubiera hecho si hubiera estado ahí en tu lugar”.
Sé lo feo que es sentir los comentarios de gente juzgando aspectos que bajo ningún criterio pueden juzgar, gente menospreciando el esfuerzo hecho y hablando como si no hicieras lo suficiente.

Pero sobre todo sé lo feo que es sentir que tú mismo no estás haciendo lo suficiente, que podrías mejorar muchas cosas y que el tiempo se acaba lentamente. Sé lo feo que es sentirte cansado y derrotado, lo difícil que es lidiar con problemas personales y con todo esto al mismo tiempo, mucho peor si le sumas el colegio u otras responsabilidades.

Estas últimas semanas yo mismo me he sentido cansado, juzgado por gente que no ve el verdadero esfuerzo, con el sentimiento de que el tiempo se acaba y que no estoy haciendo lo suficiente por ustedes. Me he sentido frustrado, y he tenido ganas de tirar la toalla, de dejar todo atrás y no volver a pensar en esto. Pero al mismo tiempo, desde hace un buen tiempo que he decidido que sigo haciendo todo esto no por mí o por la gente que critica, sino por ustedes, por todo el esfuerzo que ustedes han puesto, por todo lo que ya han logrado, y por todo lo que sé que pueden lograr.

En estos años los he visto crecer, he visto cómo se esfuerzan y dedican sus vidas a esto, cómo se esfuerzan por ayudar a otros, y cómo responden de gran manera cuando se les ha exigido. Pero he visto a varios de ustedes sufrir, los he visto frustrarse y hablarme para decirme que ya no pueden seguir, que ya no pueden más, que quieren dejar todo atrás.
Honestamente, déjenme decirles que estaría preocupado si no se sintieran así, es vital en la vida cuestionar nuestras acciones y preguntarnos si estamos haciendo lo correcto, si estamos haciendo lo suficiente, y si realmente vale la pena seguir adelante. Pero también es vital que no nos dejemos llevar por esos sentimientos, que no nos dejemos vencer por la frustración, y que sigamos adelante a pesar de todo.

Por eso, me toca pedirles que hagamos un último esfuerzo.

Tenemos un mes y ya, un mes y se nos acaba todo, un mes y no tendremos un segundo más. Un mes donde no cuestionemos nada, donde no pensemos en dejar todo, donde no pensemos lo que los demás idiotas puedan decir. Si ellos pudieran hacerlo mejor, podían haberlo hecho, y déjenme decirles: no lo hicieron.
Enfoquémonos en todo lo bueno que ya han hecho, enfoquémonos en todo lo que aún se puede hacer, han visto esa competencia desde adentro y han visto que no es imposible ganar, han visto los errores que se pueden cometer; pero también han visto cómo ya no cometerlos.

Son jóvenes y no puedo pedirles que aguanten toda esta presión, pero sí puedo pedirles que disfruten cada segundo, que entrenen como nunca han hecho, que resuelvan los problemas que les quedan amando cada solución, cada demostración que nos lleva un poquito más cerca a resolverlo.
Sé que están cansados, sé que queremos parar, sé que cuando nos toca sentarnos 3 horas al día todo se vuelve pesado, y sé que lo más fácil es echarse en cama y luego lamentar el haberlo hecho.
Pero les ruego que por este mes que nos queda, por favor, no paren por un segundo.
Mañana mismo vayan y troten un poco, hasta que ya no puedan más, y cuando ya no puedan más; sigan un poco más, solo un poquito más, un par de minutos más aunque duela. Eso les dará una idea de lo que necesitamos hacer ahora, pero programando.

Les pido que me exijan de la misma forma que nosotros les exigimos, que me digan cuando no están de acuerdo con algo, que me digan cuando no les gusta algo, que me digan cuando creen que no estoy haciendo lo suficiente. Pero también les pido que se exijan a ustedes mismos, que se digan a ustedes mismos que pueden dar un poco más, que pueden esforzarse un poco más, y que pueden lograr un poco más.
Pídanme problemas, pídanme soluciones, pídanme hablar si se sienten mal, pídanme lo que necesitan porque así como ustedes; no pienso parar ahora lo que vamos haciendo por años.

Hagamos juntos un último esfuerzo, y logremos algo importante, logremos cambiar la historia, y muéstrenle al mundo que ustedes están hechos para más que un “Al año que viene será mejor”.

Ya los he visto hacer cosas grandes, y los veré por muchos años más haciendo cosas grandes, pero quiero que la más grande se nos dé ese 30 de julio o ese 1 de agosto.

Un abrazo a todos, confío y siempre confiaré en ustedes, ¡los quiero mucho, fuerza en este mes!